D072 Enmendar el Canon I.6.5 para Proporcionar Estrategias de Datos Impulsados por la Misión sobre la Vitalidad de la Iglesia
Nuestro catecismo afirma (1979 BCP 855) que “la misión de la Iglesia es restaurar a todas las personas a la unidad con Dios y entre sí en Cristo”, una misión que se lleva a cabo “a través del ministerio de todos sus miembros”. Para que la Iglesia Episcopal pueda seguir cumpliendo su misión en una sociedad moderna y tecnológicamente avanzada, debemos utilizar los datos de forma profesional y eficaz para comprender y evaluar nuestros esfuerzos ministeriales pasados, presentes y futuros.
El ministerio de los miembros de nuestra Iglesia abarca diferencias geográficas, culturales, socioeconómicas, raciales y de muchos otros tipos. La naturaleza de gran alcance de nuestro ministerio (sin mencionar nuestro campo de misión: “restaurar a todas las personas...”) requiere información. Los avances tecnológicos de nuestro mundo contemporáneo nos proporcionan un sinfín de nuevas formas de recopilar, analizar y difundir esta información, y nuestras denominaciones homólogas han respondido a ello con oficinas de datos cada vez más sólidas (véase, por ejemplo, el Capítulo 16, Sección 12.B20.c de las “Constituciones, Estatutos y Resoluciones Continuas de la Iglesia Evangélica Luterana de Estados Unidos”). Ha llegado el momento de que la Iglesia Episcopal esté a la altura de las exigencias actuales en materia de datos de nuestras congregaciones, diócesis, sínodos y organizaciones asociadas.
La capacidad de acceder a datos oportunos y precisos sobre nuestros ministerios puede aportar conocimiento y comprensión a una gran variedad de necesidades en toda la Iglesia. Un ejemplo de ello son los esfuerzos de los Organismos Interinos de la Convención General; estas comisiones, comités, grupos de trabajo, etc., proporcionan vías sólidas para abordar los desafíos específicos del ministerio entre las reuniones de la Convención General y son la columna vertebral de la futura acción legislativa de toda la Iglesia Episcopal. Sin embargo, la capacidad de los organismos provisionales para recopilar, analizar y evaluar los datos esenciales necesarios para formular recomendaciones y tomar decisiones críticas para su misión está gravemente limitada.
Los esfuerzos de la Iglesia Episcopal en materia de datos están en gran medida a cargo de voluntarios y no de analistas de datos profesionales. Cuando se recurre a expertos profesionales, se hace a través de una mezcla ad hoc de contratistas y consultores que crean ineficiencias crecientes para la administración tanto económica como de la información. Cuando se consideran las disparidades de datos entre nuestras diferentes diócesis, es fácil ver cómo existe oportunidad de que haya un despliegue desigual de recursos, malentendidos y fallas de comunicación en los procesos de discernimiento interconfesional, así como duplicación de labores debido a la pérdida de esfuerzos de colaboración.
La creación de un esfuerzo centralizado y financiado, con un responsable de la estrategia de datos orientada a la misión, permitirá que la Iglesia Episcopal apoye sus ministerios mediante el uso adecuado y preciso de los datos. Las eficiencias que apoyaría este funcionario reducirían el gasto global al centralizar los esfuerzos de recopilación de datos. Por ejemplo, las resoluciones que se están estudiando actualmente en la 81ª Convención General incluyen más de US$800,000 en solicitudes de asignación para recopilación y análisis de datos. La recopilación y el análisis internos nos ahorrarán dinero y garantizarán la continuidad de los conocimientos; ambas cosas son necesarias para preservar y mejorar la salud y la vitalidad de nuestra Iglesia. La administración profesional de la información nos permitirá ir más allá de la recopilación reactiva de datos en un esfuerzo por confirmar sospechas preexistentes. Un Funcionario de Estrategia de Datos Orientada a la Misión podrá monitorear y hacer un seguimiento de los datos en tiempo real, identificando las tendencias a medida que se desarrollan para que así podamos apoyar el ministerio de nuestros miembros con decisiones basadas en datos, no con respuestas reactivas a los datos.
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Nota: esta resolución o su explicación contienen referencias externas, como URL de sitios web, que podrían no estar traducidos a los idiomas requeridos por la Convención General. Debido a restricciones en materia de derechos de autor, la Convención General no puede proporcionar traducciones. Sin embargo, es posible que su navegador pueda proporcionarle una traducción automática a otro idioma. Si necesita ayuda al respecto, escriba a [email protected].
Explicación
Nuestro catecismo afirma (1979 BCP 855) que “la misión de la Iglesia es restaurar a todas las personas a la unidad con Dios y entre sí en Cristo”, una misión que se lleva a cabo “a través del ministerio de todos sus miembros”. Para que la Iglesia Episcopal pueda seguir cumpliendo su misión en una sociedad moderna y tecnológicamente avanzada, debemos utilizar los datos de forma profesional y eficaz para comprender y evaluar nuestros esfuerzos ministeriales pasados, presentes y futuros.
El ministerio de los miembros de nuestra Iglesia abarca diferencias geográficas, culturales, socioeconómicas, raciales y de muchos otros tipos. La naturaleza de gran alcance de nuestro ministerio (sin mencionar nuestro campo de misión: “restaurar a todas las personas...”) requiere información. Los avances tecnológicos de nuestro mundo contemporáneo nos proporcionan un sinfín de nuevas formas de recopilar, analizar y difundir esta información, y nuestras denominaciones homólogas han respondido a ello con oficinas de datos cada vez más sólidas (véase, por ejemplo, el Capítulo 16, Sección 12.B20.c de las “Constituciones, Estatutos y Resoluciones Continuas de la Iglesia Evangélica Luterana de Estados Unidos”). Ha llegado el momento de que la Iglesia Episcopal esté a la altura de las exigencias actuales en materia de datos de nuestras congregaciones, diócesis, sínodos y organizaciones asociadas.
La capacidad de acceder a datos oportunos y precisos sobre nuestros ministerios puede aportar conocimiento y comprensión a una gran variedad de necesidades en toda la Iglesia. Un ejemplo de ello son los esfuerzos de los Organismos Interinos de la Convención General; estas comisiones, comités, grupos de trabajo, etc., proporcionan vías sólidas para abordar los desafíos específicos del ministerio entre las reuniones de la Convención General y son la columna vertebral de la futura acción legislativa de toda la Iglesia Episcopal. Sin embargo, la capacidad de los organismos provisionales para recopilar, analizar y evaluar los datos esenciales necesarios para formular recomendaciones y tomar decisiones críticas para su misión está gravemente limitada.
Los esfuerzos de la Iglesia Episcopal en materia de datos están en gran medida a cargo de voluntarios y no de analistas de datos profesionales. Cuando se recurre a expertos profesionales, se hace a través de una mezcla ad hoc de contratistas y consultores que crean ineficiencias crecientes para la administración tanto económica como de la información. Cuando se consideran las disparidades de datos entre nuestras diferentes diócesis, es fácil ver cómo existe oportunidad de que haya un despliegue desigual de recursos, malentendidos y fallas de comunicación en los procesos de discernimiento interconfesional, así como duplicación de labores debido a la pérdida de esfuerzos de colaboración.
La creación de un esfuerzo centralizado y financiado, con un responsable de la estrategia de datos orientada a la misión, permitirá que la Iglesia Episcopal apoye sus ministerios mediante el uso adecuado y preciso de los datos. Las eficiencias que apoyaría este funcionario reducirían el gasto global al centralizar los esfuerzos de recopilación de datos. Por ejemplo, las resoluciones que se están estudiando actualmente en la 81ª Convención General incluyen más de US$800,000 en solicitudes de asignación para recopilación y análisis de datos. La recopilación y el análisis internos nos ahorrarán dinero y garantizarán la continuidad de los conocimientos; ambas cosas son necesarias para preservar y mejorar la salud y la vitalidad de nuestra Iglesia. La administración profesional de la información nos permitirá ir más allá de la recopilación reactiva de datos en un esfuerzo por confirmar sospechas preexistentes. Un Funcionario de Estrategia de Datos Orientada a la Misión podrá monitorear y hacer un seguimiento de los datos en tiempo real, identificando las tendencias a medida que se desarrollan para que así podamos apoyar el ministerio de nuestros miembros con decisiones basadas en datos, no con respuestas reactivas a los datos.
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