D061 Crear Espacio para las Diferencias
Las discusiones difíciles pueden ser una herramienta profunda para ayudar en la reconciliación, la sanación y el crecimiento continuo. Para ser productivos, estos debates exigen que analicemos sistemas de valores y diversos puntos de vista que no solo pueden diferir de los nuestros, sino a los que quizás nos oponernos con vehemencia. Últimamente, gran parte del discurso político se ha traducido en discusiones y gritos, en lugar de intentar comprender el punto de vista del otro.
Sin embargo, como seguidores de nuestro Señor Jesucristo, estamos llamados a practicar el Camino del Amor. Vienen a la mente, en particular, dos ejemplos bíblicos que demuestran la reorientación de Jesús hacia la tolerancia y el respeto:
Lucas 10:29 nos muestra a un abogado que esperaba heredar la vida eterna mientras intentaba librarse de la exigente ley de “Ama a tu prójimo como a ti mismo” al redefinir a quién debía cuidar, ya que, por sus propios prejuicios e intolerancias, se sentía incapaz de amar a su prójimo como a sí mismo. Cuando el abogado presiona a Jesús para que afirme su estrecha definición, Jesús comparte la parábola del Buen Samaritano. Este pasaje termina cuando el abogado reconoce ante Jesús que un verdadero prójimo es “aquel que tiene misericordia de los demás” y Jesús le ordena que vaya y haga lo mismo.
Y esto: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento. Y el segundo es semejante a él: amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas”.
Mateo 22:37-40
Dios hizo a la humanidad en toda su diversidad a su imagen y semejanza (Génesis 1:26). Aunque no nos comprometemos a estar de acuerdo con todas las personas que conozcamos, sí prometemos, a través de nuestro Pacto Bautismal, buscar y servir a Cristo en todas las personas, amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos y luchar por la justicia y la paz entre todas las personas, respetando la dignidad de todos los seres humanos.
El éxito de todo lo que hacemos requiere comunicación. Las verdades honestas, abiertas y vulnerables pueden ser difíciles de expresar y duras de escuchar y recibir. Reconocer nuestras diferencias con la mente y el corazón abiertos requiere valor y compasión. A menudo se evocan sentimientos apasionados, que requieren templanza y control para manejarlos con civismo y respeto básico para todos los participantes.
Con el fin de llevar a cabo un diálogo más fructífero, todas las congregaciones deben desarrollar las habilidades necesarias para mantener estas conversaciones, creando espacios que contengan nuestra incomodidad mientras aseguran a los participantes que no sufrirán ningún daño.
“Espacio valiente” (Brave Space” es un término tomado de: Arao, B., & Clemens, K. y se define por el uso de sus cinco elementos esenciales:
“controversia con civismo, apropiación de intenciones e impactos, desafío por elección, respeto y no ataques”.
Explicación
Las discusiones difíciles pueden ser una herramienta profunda para ayudar en la reconciliación, la sanación y el crecimiento continuo. Para ser productivos, estos debates exigen que analicemos sistemas de valores y diversos puntos de vista que no solo pueden diferir de los nuestros, sino a los que quizás nos oponernos con vehemencia. Últimamente, gran parte del discurso político se ha traducido en discusiones y gritos, en lugar de intentar comprender el punto de vista del otro.
Sin embargo, como seguidores de nuestro Señor Jesucristo, estamos llamados a practicar el Camino del Amor. Vienen a la mente, en particular, dos ejemplos bíblicos que demuestran la reorientación de Jesús hacia la tolerancia y el respeto:
Lucas 10:29 nos muestra a un abogado que esperaba heredar la vida eterna mientras intentaba librarse de la exigente ley de “Ama a tu prójimo como a ti mismo” al redefinir a quién debía cuidar, ya que, por sus propios prejuicios e intolerancias, se sentía incapaz de amar a su prójimo como a sí mismo. Cuando el abogado presiona a Jesús para que afirme su estrecha definición, Jesús comparte la parábola del Buen Samaritano. Este pasaje termina cuando el abogado reconoce ante Jesús que un verdadero prójimo es “aquel que tiene misericordia de los demás” y Jesús le ordena que vaya y haga lo mismo.
Y esto: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento. Y el segundo es semejante a él: amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas”.
Mateo 22:37-40
Dios hizo a la humanidad en toda su diversidad a su imagen y semejanza (Génesis 1:26). Aunque no nos comprometemos a estar de acuerdo con todas las personas que conozcamos, sí prometemos, a través de nuestro Pacto Bautismal, buscar y servir a Cristo en todas las personas, amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos y luchar por la justicia y la paz entre todas las personas, respetando la dignidad de todos los seres humanos.
El éxito de todo lo que hacemos requiere comunicación. Las verdades honestas, abiertas y vulnerables pueden ser difíciles de expresar y duras de escuchar y recibir. Reconocer nuestras diferencias con la mente y el corazón abiertos requiere valor y compasión. A menudo se evocan sentimientos apasionados, que requieren templanza y control para manejarlos con civismo y respeto básico para todos los participantes.
Con el fin de llevar a cabo un diálogo más fructífero, todas las congregaciones deben desarrollar las habilidades necesarias para mantener estas conversaciones, creando espacios que contengan nuestra incomodidad mientras aseguran a los participantes que no sufrirán ningún daño.
“Espacio valiente” (Brave Space” es un término tomado de: Arao, B., & Clemens, K. y se define por el uso de sus cinco elementos esenciales:
“controversia con civismo, apropiación de intenciones e impactos, desafío por elección, respeto y no ataques”.