D034 Apoyo y Fomento de la Justicia Reparadora y Compromiso Moral con la Abolición de las Prisiones y la Vigilancia Policíaca
Se resuelve, con la aprobación de la Cámara de Obispos,
Que la 81ª Convención General de la Iglesia Episcopal reconozca que el testimonio moral de la Iglesia está en contra de las prácticas racialmente injustas de exclusión y castigo y en contra de nuestros sistemas actuales de prisiones y vigilancia policial que funcionan como sistemas racistas de control social y tratan a las personas que han cometido delitos como desechables; y asimismo
Se resuelve, Que esta Convención se arrepienta del hecho de que la Iglesia Episcopal nunca adoptó resoluciones en las que se hicieran llamados a abolir la esclavitud en los siglos XVIII y XIX, y que se arrepienta de nuestra complicidad en la actual dependencia racialmente injusta de nuestra sociedad en el sistema policial y en las prisiones con el fin de producir seguridad para algunas personas a expensas de la vida y la dignidad de otras; y asimismo
Se resuelve, Que esta Convención afirme que Jesús proclamó la libertad para los prisioneros (Lucas 4:18) y prometió la posibilidad de justicia orientada a la restauración incluso para quienes lo asesinaron (Lucas 23:34), y por lo tanto que nuestro voto bautismal de “proclamar con la palabra y el ejemplo la buena nueva de Dios en Cristo” nos llame a proclamar el deseo de Dios de liberación para todos los que están encarcelados y de justicia real y responsabilidad que restablezca las relaciones, transforme las situaciones de daño y apunte a la reconciliación, lo cual es la misión central de la Iglesia; y asimismo
Se resuelve, Que esta Convención afirme que la abolición del sistema penitenciario y policial actual es una obligación moral y fomente la abolición de las prisiones y del sistema policial, reconociendo que forman un sistema injusto de control racial y un sitio de violencia y deshumanización que no se asemeja ni genera la justicia liberadora y reconciliadora de Dios; y asimismo
Se resuelve: Que esta Convención de la Iglesia Episcopal aliente a todos los episcopales, parroquias, congregaciones, diócesis y ministerios de prisiones a participar a nivel local en programas de justicia restaurativa y transformadora, los cuales busquen prevenir y responder al crimen y al daño de maneras creativas y no violentas más allá de las prisiones y el sistema policial, y que aliente a las parroquias, congregaciones, diócesis y ministerios de prisiones a aprender y enseñar sobre la abolición y a defender los valores abolicionistas dentro de los contextos de su propio trabajo en favor de la justicia social; y asimismo
Se resuelve, que esta Convención reafirme y profundice el compromiso de la Iglesia Episcopal con el fomento a los cambios en las políticas para poner fin al encarcelamiento masivo (Resolución 2015-A011) y defienda los derechos de las personas discapacitadas dentro del sistema penal (Resolución 2015-D-32), así como su oposición al confinamiento solitario (Resolución 2018-D029), las prisiones privadas (Resolución 2015-D067), las fianzas monetarias (Resolución 1973-D097), y el conducto de la escuela a la prisión (Resolución 2015-D068); y asimismo
Se resuelve, Que esta Convención de la Iglesia Episcopal además ordene a la Oficina de Relaciones Gubernamentales e inste a todos los episcopales, parroquias, congregaciones y diócesis a abogar por que se hagan esfuerzos en las políticas consistentes con la meta de la abolición de las prisiones y del sistema policial, incluyendo reformas dirigidas a desinvertir de la policía y reinvertir los presupuestos de la policía en otras necesidades de las comunidades, como estas políticas específicas:
- Apoyar los esfuerzos para cerrar prisiones y cárceles, así como las políticas que liberan a las personas encarceladas; oponerse a los planes gubernamentales para abrir nuevas prisiones o cárceles, incluidos los planes de instalaciones para poblaciones específicas, como los centros de detención de inmigrantes (consulte la Resolución 2022-D031).
- Apoyar las políticas para reducir los presupuestos de la policía o desinvertir en el sistema policial.
- Apoyar la inversión monetaria en necesidades comunitarias como la vivienda asequible, la atención médica y la educación, ya que la inversión en la reducción de la pobreza, la salud y la educación reduce de hecho la delincuencia y promueve la seguridad pública.
- Apoyar los esfuerzos de justicia restaurativa y transformadora del sistema penal que propicien la restitución, la rendición de cuentas y la sanación, tanto de los agresores como de las víctimas.
Y asimismo
Se resuelve, que esta Convención de la Iglesia Episcopal ordene además a la Oficina de Relaciones Gubernamentales e inste a todos los episcopales, parroquias, congregaciones y diócesis a oponerse a las políticas de reforma que no conduzcan a la abolición de las prisiones y del sistema policial, incluyendo:
- Oponerse al aumento de la inversión en los presupuestos policiales para nuevas contrataciones o programas de “capacitación” de la policía, ya que las fuerzas policiales más grandes y la capacitación nueva no asignan recursos hacia otras necesidades de la comunidad que abordan las causas subyacentes de la delincuencia.
- Oponerse a la militarización de la policía y a la Sección 1033 de la NDAA, la ley federal que dispone la venta de suministros militares a los departamentos de policía.
- Oponerse al enjuiciamiento y encarcelamiento de agentes de policía por uso excesivo de la fuerza y violaciones de los derechos civiles, ya que el enjuiciamiento de casos de gran repercusión no cambia los recursos destinados a otras necesidades de la comunidad, y sí refuerza la lógica punitiva de las prisiones y el sistema policial.
- Oponerse a las reformas que ofrecen supuestas “alternativas” a la prisión, como la vigilancia electrónica o el arresto domiciliario, que en realidad aumentan el alcance de los sistemas de encarcelamiento y criminalización, y aumentan la cantidad de personas bajo control penitenciario.
- Oponerse a las reformas que pretenden construir “mejores” prisiones, como por ejemplo las que se enfocan en poblaciones específicas o reemplazan las cárceles y prisiones antiguas por instalaciones más nuevas, lo cual requiere una mayor inversión en el sistema carcelario.
Y asimismo
Se resuelve, Que esta Convención de la Iglesia Episcopal inste al Comité de Responsabilidad Social Corporativa y a los Ministerios Episcopales de Migración a tener en cuenta la oposición abolicionista a las prisiones y al sistema policial en sus actividades de fomento y toma de decisiones.
Explicación
El encarcelamiento masivo y la violencia policial son profundas injusticias en la sociedad estadounidense. Ambos son producto de una cultura de supremacía blanca que pretende ejercer control sobre los estadounidenses de raza negra, en particular. Además, las prisiones estadounidenses están estructuradas por prácticas de seguridad y deshumanización que conducen a la violencia y a las condiciones inhumanas, mientras que los esfuerzos por reformar el sistema policial no han logrado controlar la violencia cometida por aquellos a quienes se les ha confiado la autoridad del estado.
El testimonio moral de la Iglesia se opone a las prácticas de exclusión y castigo, especialmente a las que se aplican de forma racialmente injusta. Nuestros actuales sistemas penitenciarios y policiales funcionan como sistemas racistas de control social, y tratan a quienes han cometido delitos como si fueran desechables. La promesa del Evangelio es la promesa de justicia para los marginados, así como de restauración y redención para quienes le han hecho daño a otros. La esperanza de la Iglesia apunta al reino venidero de Dios, donde no habrá cárceles ni policía, sino la verdadera justicia y la paz de Dios.
Nuestro llamado como Iglesia es a ser fieles a esa visión de la justicia de Dios, apoyando a quienes piden la abolición del sistema policial y penitenciario actual y su reemplazo con formas de justicia restauradora y transformadora, así como de seguridad de la comunidad.
La obligación moral de defender la abolición tiene sus raíces en la vida, muerte y resurrección de Jesús y en nuestro pacto bautismal. Jesús proclamó la libertad de los prisioneros (Lucas 4:18) y prometió la posibilidad de una justicia orientada a la restauración incluso para quienes lo asesinaron (Lucas 23:34). Nuestro voto bautismal de “proclamar con la palabra y el ejemplo la buena nueva de Dios en Cristo” nos llama a proclamar el deseo de Dios de liberación para todos los encarcelados. Debemos proclamar el deseo de Dios de una justicia y una responsabilidad reales que restablezcan las relaciones, transformen las situaciones de daño y apunten a la reconciliación, lo cual es la misión central de la Iglesia.
Nuestro voto bautismal de “trabajar por la justicia y la paz, y respetar la dignidad de todo ser humano” exige que reconozcamos las formas en que la policía y las prisiones son sistemas que funcionan para mantener la supremacía blanca y restringir la vida y la libertad de las personas marginadas, especialmente los negros, los latinos y los indígenas estadounidenses. Además, la violencia y los abusos cometidos por la policía, y los que se producen dentro de las prisiones, incluida la tortura del aislamiento, la sujeción con grilletes y cadenas, y otras condiciones inhumanas, degradan directamente la dignidad humana. Ser objeto de violencia policial en la propia comunidad o estar encerrado en una jaula no está en consonancia con la dignidad de todo ser humano. Nuestro pacto bautismal nos llama a buscar alternativas a este tipo de encarcelamiento y violencia.
El sistema penitenciario y policial actual de Estados Unidos deriva de la historia de la esclavitud y la segregación de Jim Crow. Las prisiones y el sistema policial estadounidenses funcionan en la práctica como un sistema de control racial —un “nuevo Jim Crow”[1]— establecido sobre una base que va en contra de la raza negra. Debido a estas conexiones históricas, el movimiento actual por la abolición de las prisiones y el sistema policial es un sucesor del movimiento del siglo XIX por la abolición de la esclavitud. El obispo James Theodore Holly presentó repetidamente resoluciones ante la Convención General pidiendo la abolición de la esclavitud, pero la Iglesia Episcopal nunca las adoptó ni las respaldó. En el siglo XIX, estábamos en el lado equivocado del asunto de la abolición. Situémonos en el lado correcto de este debate en el siglo XXI.
La Iglesia ha sido cómplice de la dependencia del sistema policial y las prisiones en nuestra sociedad para garantizar la seguridad de algunas personas a expensas de la vida y la dignidad de otras. En el pacto bautismal, prometemos que “siempre que caigamos en pecado, nos arrepentiremos y volveremos al Señor”. La oposición mesurada a la encarcelación “masiva”, pero no al encarcelamiento más general, los intentos por mejorar las condiciones de las prisiones y los esfuerzos por buscar la reforma de la policía no son suficientes. Dios desea: “vuélvanse a mí con todo su corazón” (Joel 2:12). Debemos renunciar a los sistemas policiales y de encarcelamiento pecaminosos y deshumanizadores, y comprometernos con los sistemas de seguridad pública equitativos y pacíficos. El compromiso moral de aspirar a la abolición de las prisiones y del sistema policial es un arrepentimiento verdadero y necesario.
Recursos adicionales:
Las siguientes son otras organizaciones religiosas que buscan y estudian la abolición (enlaces adjuntos):
- Community Safety for All Toolkit de SURJ-Faith: https://surj.org/our-work/surj-faith/cs4a/
- Abolition Curriculum de la Iglesia Menonita de EE. UU.: https://www.mennoniteusa.org/abolition-curriculum/
- Abolitionist Sanctuary: https://www.abolitionistsanctuary.org/
- Christians for the Abolition of Prisons: https://christiansforabolition.org
Libros:
The Fall of the Prison: Biblical Perspectives on Prison Abolition, Lee Griffith (Eerdmans, 1993)
“Prison Makes Us Safer” and 20 Other Myths About Mass Incarceration, Victoria Law (Beacon, 2021)
Rethinking Incarceration: Advocating for Justice that Restores, Dominique Dubois Gilliard (IVP, 2018)
Beyond Prisons: A New Interfaith Paradigm for Our Failed Prison System, Laura Magnani y Harmon L. Wray (Augsburg Fortress, 2006)
We Do This ‘Til We Free Us, Mariame Kaba (Haymarket Books, 2021)
Locked Down, Locked Out: Why Prison Doesn’t Work and How We Can Do Better, Maya Schenwar (Berrett-Koehler, 2014)
Las sugerencias de políticas se extrajeron de las Reformas Abolicionistas de Critical Resistance. Consulte los documentos adjuntos.
[1] Consulte Michelle Alexander, The New Jim Crow, New Press, 2010.
Documentos de Apoyo:
Página web de Christians for Abolition
Community Safety Toolkit de SURJ-Faith
Abolition Curriculum from the Mennonite Church
Sitio web de Abolitionist Sanctuary
CR_abolitioniststeps_antiexpansion_2021_eng
CR_police_reform_vs_abolition_chart_revised
Nota: esta resolución o su explicación contienen referencias externas, como URL de sitios web, que podrían no estar traducidos a los idiomas requeridos por la Convención General. Debido a restricciones en materia de derechos de autor, la Convención General no puede proporcionar traducciones. Sin embargo, es posible que su navegador pueda proporcionarle una traducción automática a otro idioma. Si necesita ayuda al respecto, escriba a [email protected].