D027 Abordar el Asunto de las Muertes en Accidentes de Tráfico
Se resuelve, con la aprobación de la Cámara de Obispos,
Que la 81ª Convención General reconozca y lamente la prevalencia de muertes debidas a accidentes de tráfico, incluyendo los de peatones, ciclistas, conductores y pasajeros; que reconozca que se trata de un asunto de justicia debido al impacto dispar que nuestros sistemas de carreteras y transporte tienen sobre las poblaciones vulnerables, incluyendo los impactos por raza, situación de discapacidad, edad y medios económicos; y que busque formas de garantizar que todas las personas, especialmente los niños, puedan viajar con seguridad y estar seguros en sus comunidades; y asimismo
Se resuelve, Que la Iglesia Episcopal, con la ayuda de la Oficina de Relaciones Gubernamentales y la Red Episcopal de Políticas Públicas, apoye las políticas en los niveles de gobierno local, estatal, nacional e internacional para reducir las muertes en accidentes de tráfico y aumentar la seguridad en el transporte por medio de lo siguiente:
- Dar prioridad a la seguridad de peatones, conductores y pasajeros en el diseño de las calles, por medio del uso de medidas de pacificación del tráfico y la inversión en comunidades donde se pueda caminar.
- Incentivar los diseños de vehículos que promuevan la seguridad de los peatones y de los pasajeros.
- Aplicar políticas para eliminar, minimizar o mitigar la conducción distraída o con impedimentos.
- Crear formas seguras de compartir el camino con ciclistas, peatones y conductores de otros vehículos pequeños, como patinetas, incluidos carriles protegidos para ciclistas y aceras con gran visibilidad.
- Invertir en redes de transporte público amplias y flexibles, como los trenes de alta velocidad y el transporte público en autobuses rápidos.
Y asimismo
Se resuelve, Que la Iglesia Episcopal haga un llamado a los fabricantes de automóviles y a las compañías de seguros para que den prioridad a la seguridad de peatones y ciclistas en el diseño de los vehículos; y que se encargue al Comité de Responsabilidad Social Corporativa del Consejo Ejecutivo de la Iglesia Episcopal la tarea de involucrar a las empresas pertinentes de la cartera de inversiones de la Iglesia en los métodos para reducir las muertes por accidentes de tráfico y promover la seguridad de los peatones y los ciclistas; y asimismo
Se resuelve, Que la Iglesia Episcopal anime a las congregaciones a evaluar tanto las necesidades de transporte de sus miembros como las necesidades de seguridad vial de sus estacionamientos y de los vecindarios circundantes, a colaborar con las organizaciones locales en problemáticas de seguridad vial y a fomentar a nivel local el desarrollo de mejoras para reducir las muertes por accidentes de tráfico.
Explicación
Las muertes por accidentes de tráfico son una causa demasiado frecuente y evitable de pérdida de vidas humanas, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo. En 2021, los conductores mataron a más peatones que en ningún otro de los últimos 40 años, con un aumento del 12% respecto al año anterior, según la Asociación de Gobernadores para la Seguridad en Carretera. Las colisiones de tráfico también tienen impactos desproporcionados en las poblaciones vulnerables. En un estudio de 2022 publicado por Harvard y la Universidad de Boston se reveló que los peatones negros tenían el doble de probabilidades de morir, por kilómetro recorrido, que los peatones blancos. Además, el índice de mortalidad de los niños peatones negros e indios americanos es 1.8 veces mayor que el de los niños blancos y los hispanos, y 1.2 veces mayor que la de los niños no hispanos. Las muertes por accidentes de tráfico suelen concentrarse en los vecindarios más pobres, especialmente en los que se han descuidado las medidas de seguridad y no se ha invertido lo suficiente. Estas disparidades pueden reducirse mediante políticas de transporte y la inversión en mejoras de seguridad.
En nuestro pacto bautismal nos comprometemos a luchar por la justicia y la paz entre todas las personas, independientemente de que vayan a pie, en bicicleta o en coche. La seguridad vial es una responsabilidad compartida por todos los que diseñan, construyen y utilizan caminos y vehículos. Participamos en los sistemas de transporte cuando viajamos para realizar el trabajo de la iglesia y cuando nos reunimos como congregaciones. Como creyentes, podemos hacer que nuestras voces se escuchen para proteger a los vulnerables y reconocer la dignidad de la vida, exigiendo cambios sistémicos para reducir las muertes por accidentes de tráfico.
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